viernes, 8 de febrero de 2013

Prosa Cortada


“prosa cortada, mal chiste, escritura” Osvaldo Lamborghini

 I


en las clases infumables
me vuelvo semen de la espera
disparo hacia el desierto.
mantengo emperfilado hacia la droga
¡qué joda! me emborracho en todo caso
al paso (boludazo) de un cuetazo
mato gansos. ¡qué chiste!
no voy a fundar, así parece,
ninguna Escuela de Filosofía y Letras
si mataron a mi nombre
...y le dieron golpes al cadáver de mi alma
en el prostíbulo de sueños...
no hay espacio para otro
entre libros y manuscritos
yo reviento
yo reinvento
el arte de hacer espacio.


II


hacer espacio
para recortar al lenguaje
en una hamaca paraguaya
mientras afuera rebanan mortadelas
y mi bestia ronda  -literatura-
en este loco motor de ojos rojos
la creatura, imprescindible,
llora bajo la parrilla.
dame, fuego infértil, dame che
el sueño lerdo de bardos pasados
cada noche cancerbero babea
los apuntes de mis horas
¿qué será de mi? perro extasiado
en la leche ungida del olvido
aguardiente voy sufriendo
en los laureles perdidos
en la cima del hastío
se inclina y va jodiendo
los enroscados por el frío.



III

la oscuridad se explota
roza los nervios de la creación
se traga el verso que toca
con hambre venal y pasión.
la oscuridad me sofoca
lamiendo la sangre machaca
mi escritura salta y ¡pachanga!
puteando desde aquel día
haciendo sangrar mis encías
mantengo mi mente opaca.

IV


mi lengua tiene un orgasmo metafórico
tiembla ante las transmutaciones
en el ano del sentido
donde laten férreas lenguas
del encuentro y del olvido.


V

la política llegó, llegó con ruido
golpeando mesas en la noche de upites sangrados
hay que ver qué son los territorios
con tanto trébol perdido
en el municipio del imbécil.
hay que ver, la prosa de un imberbe,
ahí donde beben los canarios
bien pero bien pegadita de mañana
sobre el fango mortuorio.

VI  (Vielleicht)

La risa que mata
la muerte que se vive
en el perfume de su portador
cargado del quizás
signado por la incomprensión.

VII


el pequeño dios
juega con las huellas
juega a esconderlas
juega a develarnos
ya no quieren más
las noches de verano
enaltecerse en los avatares
de los infiernos terrenales
oye dime nena, ¿a dónde ves ahora algo en mí
que reconozcas?

que deliberen los que saben hacerlo
si es que existen
qué solo y triste voy a estar (sin vos)
en esta cripta sin nombre ni lugar
ni cementerio.