"Creo que en mis poemas hay palabras que reitero sin cesar, sin tregua, sin piedad: las de la infancia, las de los miedos, las de la muerte, las de la noche de los cuerpos. 0, más exactamente, los términos que designas en tu pregunta serían signos y emblemas." Alejandra Pizarnik, Fragmento de una entrevista publicada en El deseo de la palabra, Ocnos, Barcelona, 1972.
Fin de semana
recostado en la cama
leyendo.
recuerdos femeninos
divagan por la mente
recuerdos que el tiempo ha viciado, vuelven.
Y de golpe estas vos
con ojos negros que iluminan
la certidumbre de la unión
disfrazada de necesaria
(porque así luce mejor)
y cuelga de la fina cuerda
en cada hora misteriosa
donde se quiebran las palabras.
Y tengo que estudiar...
Y tengo mas reuniones...
Y caigo con los ojos abiertos.
solo y borracho,
en un tren, preguntándome
si los demás pasajeros existen
o solo son resaca ontológica.
Este fin de semana
anhelo dinamitar los boliches
de esta ciudad
en nombre de los todos
los muchachos poetas injustamente suicidados.
Tres mates y un cigarrillo
morir al final de un domingo cualquiera...
estoy bien.
no te preocupes.
estoy bien.
te extraño te amo te quiero
En el texto esta el problema.
El miedo
El miedo permanecía,
como una sombra,
como una resaca,
el miedo residía en su corazón.
Estaba allí cuando dormía,
cuando le daban los buenos días,
cuando se bañaba
y cuando abría la heladera.
estaba allí cuando hacía el amor
cuando se embriagaba con amigos
y cuando se acostaba para pernoctar.
El miedo lo conducía.
El miedo lo empujaba hacía lo que no conoce límites.
El monje enamorado
Era insosteniblemente cierto
que el monje se había enamorado
de la muchacha.
y que eso sería
la causa de muchas miserias
y nervios rotos...
...y de un extraño viaje.
Escrito en la servilleta de un bar mientras esperaba
Antes maquillaba mis cicatrices
hoy luzco mis heridas
a flor de piel.
en el túnel
de la noche (no) me encuentro.
Atravieso,
buscando lo perdurable.
¿Quién no se escondió
en la espesura de la buena intención?
Odisea en mis entrañas
eructo sobre ojos de oscuridad
que no reprochen, esta es,
la búsqueda de las mieles.
¡Flores para los caminantes!
a quienes huyeron del averno
de las tradiciones patricias,
de los escapismos de la razón académica,
de la demagogia y la pedantería,
les digo:
¡Salud!
Las pinzas del pánico
Las pinzas del pánico me arrancan las uñas
yo no quiero morir si no te tengo
yo no quiero morir cuando me dejas solo
no quiero que los ojos se me estallen
protegeme del silencio
protegeme de la mentira
Los nervios se me adhieren...
al barro de la incertidumbre.
Que gaseen a tus historiales sadomasoquistas,
no quiero morir si te vas
y me quedo con mi pena,
no quiero morir si hablar
con el otro me condena,
no quiero vivir atado al miedo.
La morada del lenguaje
nos esta quedando pequeña.
Vámonos, el riel indica los caminos.
Vámonos, o resignémonos al amor cobarde
¿Qué mas quiero, si se explotan
mis pupilas, que se me exploten
en vos?
Pretérito
El pasado muerto
amaga resucitar
yo con miedo a dormirme por la noche
y con miedo a no dormirme.
Esta ansiedad
estas mas de 200 líneas
que conectan a la quietud distante.
Mi serenidad,
muerta a escasos metros.
crueldad de los días
esta imprevista emboscada
que haré cuando vuelva a las ruinas de la paciencia
a encontrar que has partido
¿Cómo podré volver a mi vida anterior?
¿que tan anterior es lo anterior?
Mi jardín
Este es mi jardín
huele a fragancia de malvones muertos
fue la soledad
fueron los silencios
que los marchitaron.
Kerouac
palabras palabras palabras
discontinuas espontáneas intrépidas
el sabor de viajar
observarlo todo
al ritmo de cien baquetas
percutiendo sobre el tambor
palabras y error
benzedrina y alcohol
destartalada la prosa
vivir la vida bop
frenética e improvisada
fotografía de la escritura enamorada
ellas van y vienen
mientras podamos comer
mientras podamos beber
mientras podamos encontrar
un agujerito entra las piernas
mientras nos ponemos a andar.
Aclaración
yo no puedo curar
yo no puedo salvar
yo no puedo correr
en auxilio de nadie.
yo no puedo abrir
yo no puedo cerrar
no tengo la llave
puedo entrar y salir
entre lumbres y penumbras
pero
no puedo decir como vivir
no puedo saber que hacer
no puedo sustituir una droga
no puedo ponerme en los lugares
en los que esperan que me ponga.
(no puedo sacar palabras
encerradas en paréntesis).
no puedo salir del refugio del lenguaje
no puedo salir de la angustia obsesiva
no puedo, simplemente,
no puedo.
