lunes, 30 de mayo de 2011

Pánico y Locura


I
Hace rato que matamos al tiempo,
somos un punto en medio de la nada,
la vorágine de los momentos
sin partida ni llegada.

Hombres-simios recurren al lenguaje
se pierden, se disuelven
como gotas de ácido en engranajes,
me mira, me envuelve,
la seguridad de tu pánico,
la innecesariedad de tus hábitos.

De los poetas, quizás el mas errante
no hay floridas recetas,
de palabras rimbombantes,
la aridez de una comida,
y aquel vacío,
que reflejan tus pupilas.

II
El colectivo (es Poder) y la oportunidad
que no frena frente a nuestras muchachadas
A la acidez se la combate con la incertidumbre
de la conciencia rasposa, de una existencia peposa.

Tengo mis ideas al respecto y ninguna esta en lo cierto...

Tenía un puñado de anhelo... antes de conocer el invierno...

Lo inconmensurable mide las horas,
Ahora. Sublime es nada.
¿Quien puede acusar a mi trastorno delirante?
¡Paranoia es esquivarle la mirada al sol!

III
Tengo el cerebro zatinado
de tanta bicicleta psicosomática,
Veo un paisaje troquelado
mentiras sobre una realidad estática

Miro vuestros ojos difusos,
sus reproches obtusos,
caen sobre la idea al mismo tiempo,
pero la incertidumbre es quien gobierna.



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