La noche te marca como
un hierro hirviendo
y estoy a rojo vivo,
con esta obsesiva tristeza
que me corroe por dentro
no puedo salir de la cama,
tal vez por no dormir en la suya.
¿quién me devolvera esas horas perdidas?
quisiera desprenderme de mis argumentos,
de mis armaduras oxidadas.
Ojalá que exista alguien
que realmente pueda ayudarme,
mis musas son brujas histéricas y ninfomanas
pero no hacen magia.
los buitres quieren rapiñar mis piernas,
y que pena, que decepción,
ver a todos los que no se exigen
a si mismos,
lo que exigen a los demás.
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