viernes, 23 de septiembre de 2011

Cosas


El viento que susurra
el destino de las aves
que huyen del invierno.

La hoja en medio de una tormenta,
escribiendo una poesía
con su lacónico danzar.

La herida, que habita en el pecho,
es el recuerdo de la infinita belleza de una mirada,
aquello que no se puede tocar,
pero si, poseer con el alma.

Se muere el día,
en que una flor te diga:
"¿porqué ya no me abrigas?"

Las caídas
siempre fueron las mejores musas.

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