domingo, 9 de octubre de 2011

danza de colibrí


estaba yo en mi orfandad solitaria
cuando te vi posarte desnudo
sobre la rama de un árbol, ibas
deleitándome con tus movimientos

Pase días, semanas o meses
mirándote y escapandole a todos
aquellos problemas que me imploraban
desde el furgón del ferrocarril.

Pero ya no tenía ganas de volver
de volver a ser yo, quería ser
alguien como vos, alguien que
se tambaleaba con el viento

alguien que era viento, que
fluía sin la presión de resistir
la brisa tiránica del hábito machuco.

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