domingo, 6 de noviembre de 2011

Herodes



"el establisment de este país (esta emparentado, tiene un ademán inquisitorial o desde una óptica grotesca) es una especie de Herodes. Matar a todos los muchachos jóvenes que evidentemente estaban en desacuerdo con la estructura predominante. Los tiraron al río. Me consta." David Viñas

¡Herodes! Sangre de inocentes.
Arrasaste a mi pueblo a nombre de la poderosa Roma.
¡Herodes! ¿Porque desapareciste al amor?
¿Porqué esparciste soledades clandestinas?
¡Herodes! ¡Guerra y maquinaria!
torsos usados de ceniceros
picaneaste nuestra libertad
torturaste nuestros sueños
¡Herodes! ¡genocida! asesino impune
indultado por los mercaderes del templo.
¡Herodes! verdugo en el tercer mundo
guardia en esta cárcel financiera
pesadillas desalmadas,
cruzadas contra los manifestantes
congreso de penas y tristezas
¡Herodes! Cartesiano y vanidosamente científicista
cruel juez de hombres y mujeres
bastonazos y prestamos bancarios
rascacielos, ejércitos y privatizaciones
¡Herodes! gran miseria sobre nuestras fauces
importaste modas nazis y una bohemia mediocre
prohibiste hacer el amor en las plazas
y los abrazos en las escuelas
¡Herodes! brindaste por la contaminación
la polución, la corrupción y el vaciamiento.
Una fotocopiadora homogenizando tu ropa, tu cara, tu culo, tu verga y tu imaginación.
¡Herodes en quien me siento solo! ¡Herodes el enemigo de las madres! ¡Dementes votantes de Herodes! ¡Chupapijas de Herodes! ¡Sin amor ni humanidad! ¡Herodes!
¡Yo te abandono! ¡Despierten de esta sucia y violenta pesadilla!
¡Herodes! ¡Herodes! ¡Herodes!
dolares inalcanzables,
mi Nación en ruinas,
cocinas infernales de cocaína
¡Herodes! aplacándolo todo
revueltas, insurrecciones, piquetes
Herodes y su ejercito de tecnócratas
Iban montados en bestias como demonios del mal
iban con fuego en las manos y cubiertos de metal.
Policías motorizados acribillando bibliotecas y ollas populares.
Periodistas que rompieron sus espaldas levantado a Herodes hasta el cielo,
poemarios sangrados, desgarrados.
Generaciones dementes, ellos lo vieron todo
con sus ojos llenos de lágrimas y locura
gritaron y saltaron hasta morir en la cuna de la censura y la indiferencia.
Luego rezaron, en el ultimo acto previo al suicidio
para que el niño Cristo pueda nacer
en su cuna de chapa y cartón.

Herodes ¿Cuándo dejarás mi tierra? ¿Cuándo harás libre a mi gente?

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